Se debe realizar un ciclo completo de lavado (humedecer, lavar, enjuagar), con el detergente habitual, a una temperatura de lavado de 60 °C.
Otro método es la utilización de alguno de los productos desinfectaste indicados por el Ministerio de Sanidad (hay alguno muy conocido y al alcance del consumidor habitual). Una vez desinfectadas las mascarillas, se lavaran con abundante agua y jabón para eliminar cualquier resto químico y se dejaran secar.
Se debe evitar el contacto entre una mascarilla sucia (a lavar) y la ropa limpia. La persona a cargo del lavado debe protegerse para manejar las mascarillas sucias.
No se deben utilizar productos que puedan degradar o dañar los materiales y que disminuyan su capacidad protectora.
Se recomienda que la mascarilla se seque completamente dentro de las 2 h posteriores al lavado.
No se debe secar o higienizar con un horno microondas.
Tanto durante el secado, como en el almacenaje posterior de la mascarilla, se deben evitar los ambientes en los que la mascarilla se pueda volver a contaminar.
Después de cada ciclo de lavado, se debe realizar una inspección visual (con guantes de protección o manos lavadas). Si se detecta algún daño en la mascarilla (menor ajuste, deformación, desgaste, etc.), se debe desechar la mascarilla.